EL SURF Y LAS ENFERMEDADES EN EL OIDO x PABLO MONTERO

Como Farmacéutico y Surfista escribo este primer artículo científico sobre uno de los mayores problemas para la salud que puede producir el surfear: las enfermedades en el oído.

Estas pueden ir desde una simple infección de oído (otitis externa) hasta una exostosis en el oído del surfista. Incluso pudiendo llegar a darse ambas a la vez, siendo la primera consecuencia de la segunda.

Muchos años ya utilizando tapones a medida. Foto: Juan Fernández.

Empecemos por la que, en teoría, es menos grave: la otitis externa. Se trata de una infección del conducto auditivo externo que puede estar provocada por muchos tipos diferentes de bacterias u hongos. Esta se produce cuando hay demasiada humedad en el oído, lo que provoca que la piel que recubre el interior del conducto auditivo se irrite y se lesione, permitiendo la proliferación de bacterias u hongos.

Mi vecino José, y uno de los pionero del surf en A Coruña, siempre me dijo sabiamente que la otitis se producía durante la hora extra que estás quieto en el pico desde que te planteas salir esperando esa gran última ola que nunca llega. Y es que es verdad, cuanto más tiempo pasas en el agua más probabilidad hay de que tu oído se infecte.

Santa Cruz, California. Unos días antes había perdido mis tapones a medida y no me tuve más remedio que comprar estos en una Farmacia. La salud es un tema muy importante, ¡y más aún de viaje! Foto. Antonio Augeri.

También hay que tener en cuenta que al salir del agua uno debe de secarse muy bien el oído para evitar la proliferación de las bacterias y de la exostosis (que ahora explicaré). Esto se puede conseguir con unas cuantas gotas de alcohol administrándolas dentro del oído (ayuda a secar cualquier humedad que haya podido quedar) o utilizando un secador de pelo para el oído.

Pavones, Costa Rica. Siempre con tapones. Esté el agua caliente o esté fría. Foto: Juan Fernández.

El otro gran problema de salud que te puede ocasionar el surf es sólo para “míticos”, ya que conlleva muchos años de continuo contacto con el agua.

Se trata de la exostosis de oído o “síndrome del oído de surfista”, una enfermedad que tiene como consecuencia la pérdida de audición y una posible otitis recurrente teniendo en cuenta las continuas infecciones.

Esto pasa porque el agua fría y el viento estimulan el crecimiento del tejido óseo del oído, lo que genera una oclusión en el conducto auditivo externo para proteger al tímpano de las condiciones externas extremas.

La exostosis no es necesariamente peligrosa en sí misma, pero al estrecharse el conducto auditivo se dificulta el drenaje de agua, cerumen y demás residuos que puedan introducirse en el conducto auditivo, lo que favorece las infecciones de oído recurrentes y dolorosas.

Un estudio realizado en California mostró como el 80% de los surfistas que no usaron tapones en su vida padecen de exostosis y que, de ellos, cerca de la décima parte padece una oclusión superior al 75% en uno de sus oídos.

Otro estudio que se realizó en A Coruña, más concretamente en la playa del Orzán, muestra como dos hermanos mellizos que han pasado en su vida prácticamente las mismas horas en el agua pueden llegar a tener los oídos completamente diferentes. Uno de ellos, el que ha usado tapones desde los comienzos, los tiene perfectos. El otro, que nunca usó tapones, tiene uno de los oídos casi cerrado.

Esto lo deja solamente con tres opciones. La primera es una operación que le corte la parte del hueso que le ha crecido de más (pero con mucho cuidado ya que le puede fastidiar el tímpano). La segunda es ir rápidamente a Oídos Digitales (Avenida de Finisterre 14, A Coruña) para que le hagan unos tapones a medida y así evitar que la exostosis empeore y la tercera opción es mudarse a Madrid y no ver más el mar.

Está claro que eligió la segunda. ¿Y tú? ¿Por qué esperar a quedarse sordo o a tener una familia de bacterias en el oído para actuar? Yo preferiría prevenir, hacerme unos tapones a medida cuanto antes y disfrutar así de una buena calidad de vida, que es muy importante.

Artículo escrito por Pablo Montero en abril de 2016 utilizando sus conocimientos, experiencias y la siguientes webs: oidosdigitales, laesco, hear-it, surf30, cronosfit y neuroimagen.